Fue declarado culpable de haber matado brutalmente a su sirviente, con el que mantenía una relación sexual, en un hotel de la ciudad.
Según los medios británicos, si regresa a Arabia Saudí se enfrenta a la pena de muerte, no por el asesinato sino por su probada homosexualidad.
El príncipe Al Saud, de 34 años y miembro de la familia real de Arabia Saudí, estaba embriagado cuando agredió al joven, tras haber consumido grandes cantidades de champán y cócteles.
Las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del hotel mostraron al príncipe agrediendo a su ayudante en el ascensor en dos ocasiones durante las semanas previas a su muerte, y se le vio también dándole patadas en la puerta de un restaurante la noche de su fallecimiento.
Fuente: peru.com